Las Mentiras Que Las Mujeres Creemos
y La Verdad Que Nos Hace Libres
Por: Claribel Maldonado, Mujeres Reales Hoy
Lo que creemos importa inmensamente porque es la base de nuestro carácter, nuestra conducta y nuestras decisiones. Respiramos continuamente en una atmósfera cargada de innumerables tendencias culturales y sociales que penetran hasta nuestro espíritu y salpican todo a nuestro alrededor. Capturamos millones de imágenes a lo largo de nuestra vida y también escuchamos infinidad de voces. Por nuestra mente circulan a tiempo y a destiempo preguntas tales como: ¿A quién escuchamos? ¿A quién creemos? ¿Qué haré? ¿Soy valiosa? ¿Acaso Dios me escucha? ¿Aspiraré a casarme? ¿En dónde estará mi realización? ¿Acaso algún hombre me entenderá? ¿Podré ser y tener todo lo que sueño?
Al mismo tiempo, pretendemos contestarnos con las siguientes afirmaciones:
● Dios no es bueno ● Dios no me ama ● No soy valiosa ● Dios es bueno, pero no es suficiente ● Las mujeres somos más espirituales ● Creeré en mí ● Tengo mis derechos ● Voy a casarme para ser feliz ● Seré infeliz y perderé mi identidad si me ajusto a un hombre ● Seré del todo responsable de lo que hagan mis hijos ● Mis hijos me atan y son una carga ● No me haré responsable de lo que hagan mis hijos ● No puedo controlar mis emociones ● Yo soy así ● Es injusto que yo sufra ● Lo que importa soy yo ●
Detengámonos un momento. Si reflexionamos en la muestra de preguntas y afirmaciones anteriormente expuestas podemos detectar una gran carga de aspectos peligrosos contenidos allí, tales como: la falta de conocimiento, duda, confusión, desconfianza, inseguridad, orgullo, animosidad, rivalidad, desesperación, amargura y falta de fe.
Cada pregunta y cada afirmación son merecedores de atención detallada. El tema es extenso, pero la raíz es la misma: Somos continuamente engañados y muchas veces no queremos aceptar nuestro grado de responsabilidad por haber sometido nuestra vida a tales engaños.
No somos perfectos, pero dentro de nosotros hay un profundo deseo de ser las mujeres y los hombres auténticos y reales para lo que fuimos diseñados. Nuestros corazones piden a gritos un balance y no sabemos por dónde comenzar a buscarlo. Las mujeres en especial, somos un objetivo para los grandes mercados del engaño. La razón es simple: Cuando se logra cautivar la atención de una mujer, con gran probabilidad se estará también alcanzando al novio, al esposo, a los hijos, a la familia extendida, a los amigos, a los vecinos, a los compañeros de trabajo y a los fieles de su iglesia ... La estrategia es la misma que se vivió en la historia del Edén... de un solo tiro se matan muchos pájaros: para que se conviertan a la causa errada. La causa puede ir desde cosas aparentemente sencillas como la preferencia por la marca de un producto hasta toda una filosofía de vida o ideología. Dios en su diseño posó su mano sobre las mujeres con un don de influencia muy especial. En la multiplicidad de nuestros roles y tareas tenemos el poder de impregnar con nuestras creencias y actitudes a toda una generación.
Cada uno de nosotros somos un diseño original y único de un creador inteligente que sobreabundó en dones para el ser humano. Veamos la siguiente ilustración: Cuando un equipo sofisticado y muy costoso nos da problemas, el primer paso es consultar el manual y luego acudir al especialista para corregirlo a tiempo antes de que se eche a peder la inversión por la que tanto nos esforzamos. La verdad que nos hará libres la encontraremos en el manual del Creador: La palabra que nunca pasará, la que es útil para enseñar y corregir. Las Sagradas Escrituras son más que un libro histórico o símbolo religioso, es palabra fielmente inspirada por Dios llena de principios para la vida. Los retos que un ser humano pueda vivir y cómo afrontarlos se encuentran plasmados en la vida de muchos hombres y mujeres que allí quedaron plasmadas. Bajo engaño hombres y mujeres vivimos en una constante guerra de los sexos. Bajo engaño nuestros hijos están siendo criados bajo imágenes que los sacan de la realidad. Bajo engaño los sistemas sociales, económicos, políticos y religiosos pueden tornarse injustos y los pueblos ingobernables.
Veamos a continuación algunos consejos para mujeres reales:
*Las celebridades del cine, la televisión y las esferas públicas no me definen.
*Las hormonas no me dominan. Son parte de la eficiencia de mi cuerpo, el cual debo cuidar.
*Una emoción no es más grande que yo. Fueron hechas para mi balance, mi disfrute, como *indicador o como voz de alerta.
*El cansancio no es una excusa para dejarme dominar por emociones destructivas.
*La fe y la confianza en Dios son mi fuente de fortaleza.
*Creer más en nuestros sentimientos que en la realidad, nos ciega en la toma de decisiones.
*En la experiencia de un divorcio puede haber restauración. Asumamos responsabilidades y retomemos nuestro caminar con Dios.
*Antes de dar el sí en un altar, asuma el reto de que estará expuesta a diferencias naturales pero las mismas en su diseño son complementarias. Prepárese y edúquese en cómo llevar relaciones saludables y sabias.
*El matrimonio es difícil, pero la experiencia de la convivencia es aun más insegura y frágil que una unión matrimonial. El matrimonio puede traernos mucha felicidad pero no es la fuente de la felicidad. Nuestra felicidad está en una relación estrecha con Dios.
*Una carrera profesional es una oportunidad valiosa pero tampoco es fuente de felicidad y realización.
*La mujer sabia edifica su casa. Maternidad y profesión se pueden compaginar pero no son equivalentes en valor. Herencia de Dios son los hijos y cosa de estima el fruto del vientre.
*No podemos insistir en hacer y controlarlo todo y luego pedir que nuestros esposos e hijos asuman la iniciativa.
*El machismo y la violencia no se vencen con feminismo. Se vencen con sabiduría.
*Los agravios o abusos se enfrentan con sobriedad y dignidad con la búsqueda de ayuda profesional y espiritual. No fuimos creados para enfrentar solos las crisis.
*El buen amigo es el que nos confronta con las consecuencias y no necesariamente el que valida y nos dice lo que queremos oír.
*Los valores temporales no pueden ser comparados con los que permanecen.
*En el servicio a los demás cedemos y conciliamos derechos para afirmar relaciones conciliadoras.
Nada ni nadie es invisible para Dios. Fuimos creados a su imagen y semejanza, se inclina hacia nosotros y nos escucha.
Los milagros no tienen que ser grandes para ser milagros. El auto que no le alcanzó a chocar por tres pulgadas, el mensaje que leíste en un pegadizo que te dice Dios te ama, la puerta que le abrieron en el centro comercial, la moneda que un desconocido le dio para completar el pago, la sonrisa de un niño y el café de esta mañana son muestras del amor de Dios. La fe empieza como un pequeño grano de mostaza.
No le preste sus sentidos a las imágenes y voces de engaño. Sentarte con un galón de mantecado a ver un episodio de Amas de Casa Desesperadas o Sexo en la Ciudad cuando tiene problemas o se sientes sola, es detrimental para su cuerpo y su alma. Tenga en cuenta que el engaño no se presentará como una cosa fea o rara. El engaño vendrá siempre en su mejor apariencia: vestido de aparente verdad, bondad o beneficio.
El amor de Dios no se basa en obras o logros. Vivimos en un mundo imperfecto, pero Dios le amó a usted primero porque es un Dios personal. Le diseñó con amor y puso en usted la capacidad para aspirar a todo lo bueno. Dios es real y no se asemeja a hombre o mujer alguno. Dios es bendición y trabaja alrededor de nuestra realidad. Dios es fiel y nunca nos faltará. “Aunque mi padre y mi madre me dejaren, con todo, Jehová me recogerá.” [Salmo 27:10]. Esa es sólo un atisbo de la verdad que nos puede hacer libres.
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